Este viaje resultó muy enriquecedor gracias a las charlas que tuve compartieron mesa en las cenas con Chaz Bojórquez. De él sólo conocía su trabajo artístico, pero esta vez también pude darme cuenta de la calidad humana que tiene esta leyenda del grafiti (al igual que su esposa quien lo acompañaba). Por otra parte, pude conocer a tanta gente conectada con el graffiti, y otras no tanto, pero me comentaron que habían aprendido mucho en las charlas, cosas que no se imaginaban y que ahora habían cambiado su forma de ver el graffiti hacia una visión más amplia y plural.
Gracias a Linotypo por llevarnos a conocer más de la ciudad por la noche. Hasta pronto San Luis.
